La importancia de los equilibrios (II): El equilibrio interno-externo

Podría decirse que en la vida psíquica de las personas todo es, a la vez, interno y externo. Nuestra vida emocional está caracterizada por una continua internalización de lo externo y por una continua externalización de lo interno. En lo referente al aspecto más importante de la vida emocional, las relaciones con los demás, por ejemplo cuando establecemos nuevos vínculos, por un lado se da una vivencia marcada por lo externo en la que las personas con las que establecemos relaciones nos aportan cosas nuevas que de alguna forma y en algún grado interiorizamos, y al mismo tiempo, por otro lado, se da una vivencia marcada por lo interno en la que en estas relaciones nos reencontramos con nuestros «viejos conocidos». Es como hablar un idioma en donde siempre cabe la posibilidad de aprender cosas nuevas, pero lo que entendemos del mismo depende mucho de lo que ya sabemos.

Del mismo modo, a la hora de regular (equilibrar) nuestra vida emocional (ansiedades, estado de ánimo, autoestima) disponemos de recursos externos e internos para conseguir tal fin. Aunque la situación es algo más compleja ya que contamos con:
– Otras personas.
– Toda una serie de elementos externos, que no son personas, pero de los que se puede disponer en soledad.
– Recursos internos.

                                                                         equi

La regulación afectiva disfuncional se basa en el uso próximo a lo exclusivo de una sola de estas fuentes. El primero de los desequilibrios caractrizaría a aquellas personas que sacrifican la propia autonomía con tal de asegurarse la presencia de otros, de los que dependerá su estabilidad emocional. El segundo de los desequilibrios sería el característico de las personalidades adictas. Y el tercero el de aquellas personas que renuncian a la intimidad con los demás, encontrando la estabilidad en el aislamiento.

La regulación afectiva óptima se basa en el uso equilibrado de las tres fuentes. Es por ello que en el trabajo que realizo con mis pacientes busco:
– Que mejoren su relación con los demás.
– Que se beneficien del apoyo emocional que brindan toda una serie de realidades externas (por ejemplo: la naturaleza, la propia casa, el agua, la buena comida, el aire, un buen libro, internet…) y lleven a cabo toda una serie de conductas equilibrantes en su interacción con el exterior.
– Que mejoren la relación con ellos mismos y la utilización de los propios recursos internos, fundamentalmente que desarrollen una forma de pensar, dialogar con ellos mismos, fantasear e imaginar que contribuya a lograr este equilibrio emocional del que hablo.