La dependencia emocional

La dependencia emocional podría definirse como un rasgo de personalidad (aunque pueden darse estados pasajeros de dependencia) en el que se necesita la presencia y una determinada actuación de otra persona para mantener un grado mínimo de equilibrio emocional. Lo esencial de la dependencia emocional es que se necesita obtener del exterior algo que desde posiciones más autónomas puede obtenerse del interior de la propia persona.

Es importante tener en cuenta dos cosas.

  • Las diferentes formas y grados de dependencia caracterizan, en buena medida, las diferentes etapas de la infancia. Es decir, es lo normal que los niños dependan emocionalmente de otras personas, dependencia que va disminuyendo, si todo va bien, según crece el niño.
  • Cierto grado de dependencia es normal a cualquier edad.

samp97de345e982493c3

 

El camino para superar la dependencia emocional infantil es fácil de trazar: la dependencia es reemplazada por la autonomía, desde la que se establecen y conservan vínculos de calidad. Pero resulta que luego, en la práctica, no es nada fácil recorrer este trayecto. Veamos por qué:

 

  • Falta de auto-confianza: La imagen que tiene de sí misma la persona le resulta incompatible con la idea de autonomía. La creencia básica es “No puedo sobrevivir sin alguien que se haga cargo de mí”.
  • Falta de confianza en los demás y en concreto en la persona de la que se depende, lo que no quita para que ésta, generalmente, se encuentre idealizada. Esta desconfianza se traducirá en conductas de aferramiento, control, sometimiento, y derivará bien en angustia o en explosiones de rabia, o, lo que es más frecuente, en una combinación de ambas. De igual modo, la necesidad excesiva y continua de afecto típica de la dependencia no es más que un esfuerzo por compensar la creencia básica de no ser queridos.
  • Detención de los procesos de crecimiento: De sus experiencias vitales la persona ha aprendido que en la dirección del crecimiento ocurren cosas malas y dolorosas, buscando entonces refugiarse en posiciones anteriores, ilusoriamente más seguras y satisfactorias.
  • Fallos en los procesos de interioriorización. La persona, en lugar de crecer, se vuelve adicta.

 

¿Se puede trabajar con un psicólogo la dependencia emocional? La respuesta es sí. Sin embargo,  muy pocas personas acuden al psicólogo con el objetivo trabajar su carácter dependiente, sino que lo hacen porque se sienten deprimidas o con ansiedad,  destrozadas como consecuencia de una ruptura o atrapadas en relaciones insatisfactorias, o, en menor medida, porque se hallan aquejadas de alteraciones somáticas (estas en inicio acudirán al médico).

Claro está que lo que sucederá con mayor probabilidad  es que la persona inmersa en estas problemáticas se vincule dependientemente con el psicoterapeuta, como acostumbra a hacer. Los defensores de la abstinencia como solución a la dependencia considerarán, con sus buenas razones, inadecuado hacer algo que en principio favorece una nueva dependencia. Los defensores del crecimiento como mejor solución a la dependencia vemos las cosas de manera diferente: entendemos que hay una dependencia “buena”, que es, precisamente, la mejor base para el crecimiento, de igual forma que una infancia favorable es la mejor base para convertirnos en adultos.

En la psicoterapia de la dependencia emocional:

  • Se buscará el crecimiento, la autonomía y la mejora de los vínculos con los demás, tanto a la hora de recibir apoyo como a la de darlo, o simplemente a la hora de compartir, y no el estancamiento en un estado de dependencia satisfecha donde la figura del terapeuta, ¡por fin!, cubre todas nuestras necesidades emocionales.
  • Se trabajará la auto-confianza, liberándose recursos disponibles que no están siendo utilizados y, si es necesario, se adquirirán algunos nuevos.
  • Se trabajará la confianza en los demás, fundamentalmente posibilitando que se sepa distinguir entre aquellas personas que sí la merecen y las que no, en lugar de dar por válidas generalizaciones en las que nadie la merece.
  • Como consecuencia de esta ganancia de confianza en uno mismo y en los demás, se desbloqueará la capacidad para interiorizar.
  • En definitiva, se buscará la reactivación del crecimiento.